El
equilibrio en nuestra vida nos permite expandirla hacia el horizonte en armonía
con el entorno.
Nuestro conocimiento y valores conforman el marco de referencia
que juzga la percepción, la tamiza y nos genera emociones. Entre más conceptos
tenemos en nuestra mente nuestras emociones se enriquecen. Nuestra percepción
es más amplia, rica y variada. Los viajes, los idiomas, las nuevas experiencias
nos expanden la percepción. Nuestro vocabulario y conceptos nos permiten
percibir nuevos horizontes.
En
particular la música, el arte, la poesía y la gastronomía tienen un sensible
efecto en nuestro espíritu pues las percepciones que nos generan no tienen
significados coloquiales unívocos.
Entre
más expandimos nuestra experiencia sensorial más capacidad tenemos de juzgar
eventos nuevos y más equilibrado es nuestro juicio. Esto explica el por qué,
por ejemplo, algunos alimentos o vinos
son “mejores” que otros; y por qué cuando tenemos más experiencia sensorial
tenemos capacidad de reconocerlo.
Decir
que “lo mejor es lo que más me gusta” es una perogrullada. Nos deja en un
solipsismo. Nuestra existencia es social, nuestro lenguaje nos vincula con una
comunidad, y compartir un concepto o una experiencia sensorial nos provoca una
sensación íntima de compañía que hace crecer nuestro espíritu. La clave es
compartir nuevas experiencias.
Por
ello es tan grato comer acompañado. Por ello un nuevo idioma se aprende
conversándolo con otros.
El
vino lo elaboramos los humanos desde hace, al menos, 6100 años. Los griegos y
romanos departían sus alimentos en el “triclinium”,
tres grupos de tres comensales cada uno, acomodados formando una “u”, recostados sobre un lado, con la mesa de
los alimentos en el centro. Los respectivos esclavos “escanciadores” eran
expertos en “escanciar” el vino con agua y miel a sus amos.
El
banquete comenzaba con la “ablución de las manos” y tenía tres momentos:
1.El
gustus o gustatio,
entremeses, manjares ligeros y propios para estimular el apetito. En él se
bebía el mulsum, brebaje de vino y miel.
2.Cena
propiamente dicha, de sucesivos platillos, cada uno llamado Ferculum o
cena. Había prima, secunda, tertia cena, durante las cuales se bebía
el vino.
3.Secundae
mensae,
los postres, que en los grandes banquetes se convertían en un simposio, llamado
comissatio.
En él se comían cosas picantes o secas, que excitaban la sed, y se bebía
copiosamente.
En
la actualidad se elabora el mejor vino y los mejores manjares de toda nuestra historia.
El desarrollo tecnológico nos da acceso a técnicas extraordinarias de
elaboración y conservación.
Somos
muy
afortunados, tenemos acceso a multitud de vinos y alimentos de todo el mundo.
Nuestra experiencia sensorial tiene la oportunidad de ser más
equilibrada.
"Feliz aquel en quien consuma
la gracia su dominio sobre el gusto,
que al alma ya como pasión no abruma,
y siente sólo de hambre cuando es justo."
Dante Alighieri, La Divina Comedia, Purgatorio, Canto XXIV, vv.151-154
IN VINO VERITAS, LONGAE VITAE!))
"La comunicación es nuestro principal objetivo y sin
vosotros no tendría sentido, gracias"
IN VINO VERITAS, LONGAE VITAE!))
Hola,
ResponderEliminarNo sabía de tu blog, una exquisitez leerte :D
Tengo mucho para sentarme a leer, muchas felicidades!
Muchas gracias por tus comentarios Alesi. Esperamos seguir sorprendiendote con las publicaciones, SALUD!))
ResponderEliminarExcelente desarrollo, lo felicito por su emprendimiento!
ResponderEliminarMuchas gracias Hernán Martínez, esperamos que las publicaciones sean de vuestro agrado, SALUD
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